jueves, 21 de agosto de 2008

Hacia el cielo

Las vida de la gente es muchas veces parecida a las ramificaciones de un árbol, con muchas decisiones que tomar si quieres llegar a lo más alto posible.
Hay quien sabe pararse a tiempo y adopta una cómoda posición a una altura considerable. Pero el que quiere llegar arriba, sabe que no puede vacilar al tomar decisiones, y no se puede permitir tener que retroceder por una mala decisión.
Me cuesta mucho tiempo y sudor tomar decisiones aunque no pretenda llegar alto, temo a las ramas que no aguanten mi peso.

1 comentarios:

Javier Suárez Candel dijo...

trabajar 8 horas para conseguir alimento y cobijo..
cuántas horas dedicas para alimentar la mente?
(lo dice Epicteto)

Si la raíz y el tronco son sólidos, las ramas son juguetes. Para lo importante es ser más duro que el aire, intenta romperlo.