¡Cielos!

Asombrado se detuvo en la esquina de la calle, ¡Se había olvidado por completo de ella!
No pudiendo reflejar en su cara el puro terror que le invadía, sus músculos faciales desistieron en el intento y se colapsaron de tal modo que solo le permitían expresarse por medio de miradas.
Ojeó la calle y la descubrió vacía por completo.
Recordó la tranquilidad que siempre le había inspirado el único que nunca le fallaba.
Desde entonces observa el cielo, pero ya no ve figuras si mira a las nubes.

Respeto

Rellenando los vacíos con inacabables derrotas, me entero de que existo por la esperanza de la vida. Pareciera que no estoy alcanzando orilla alguna, pero no importa nada, nada ya. Algún día alguien hablará de mí y una lagrima le asomará por el ojo derecho, me gusta pensar...aunque en el fondo no importa nada, nada ya.
La luna esta saliendo, pareciera que me importa, pero la orilla está tan lejana ahora... No, no descansaré aún, me ganaré el respeto que no me infundo a mi mismo.
Ahora si, algo importa ahora.

Lenguas ardientes

Cremoso porvenir el que os aguarda, llenando de tentaciones irracionales vuestra mente.
Supera todo lo invisible, arrasando las neuronas mientras os atravieso con mi espada.
Creo ilusiones que os mantienen engañados mientras os corroen sin que lo noteis.
Laminas frescas que aclaran vuestra visión y os llenan de felicidad las pupilas.
Mi nombre es legión, porque somos muchos, somos multitud.

Ver, oir y callar

Tramas de historia, trozos de vida.
Aros de gloria, gloria de esquinas.
Gatas estériles, sacas vacías.
Dueña del alma, del alma mía.
No todos los días son domingo, pero que bien sientan al final de la semana.