Ruido silencioso

Ruido de coches, de las noches, silencio.
Un brote asoma, incauto se expone al más peligroso enemigo.
Ataques directos, errores de la desnudez del alma que nos acecha en la oscuridad, de la virgen que guardamos en nuestra conciencia.
El tesoro que espera ser descubierto, lo cansado del vivir, el culo de la lombriz.
Ruido del cambio, de la monotonía, silencio

Aparentemente

Huyó. Calculó la distancia, saltó y salió corriendo.
Temía las consecuencias, pero temía más el arrepentimiento de no haberlo intentado.
Siempre había sido muy soñador, y ahora sus sueños se desvanecían como el azúcar del café.
En su huida divisó el horizonte. Y se le antojó lejano, inalcanzable.
Una decisión es una decisión, aceptaría todo lo que el destino le deparara por haber hecho lo que hizo. Por eso se no se dejaría caer en la arena, en el suelo, en el olvido.
Corre desde que el tiempo es tiempo, cansancio del querer, perdición del alma.

A grandes trazos

Rompió a llorar en el mismo instante en que lo vió. Las lágrimas le resbalaron por las mejillas, recordando cada momento, cada sensación vivida.
Pensamientos paralelos que le atormentaban. ¿A quién estaba viendo tendido en el suelo? ¿Quién de los dos había quedado en pie?
-Ahora ya no romperá más mis silencios, podré vivir callado o morir en silencio, según se me antoje.
Y dibujó una raya en el suelo, que jamás traspasaría.

Perdón

Pido perdón por lo malversado, por lo malvivido, por lo inacabado.
Pido perdón por lo acontecido y por lo no sucedido.
Pido perdón al viento que no he sentido, al agua que no me ha mojado, al fuego que no me quemó y a la tierra que no he pisado.
Pido perdón a los que me conocieron, pido perdón a los que no.
Pido perdón a la lluvia, pido perdón a las piedras. A los peces que no pesqué, a los que maté con el cruel anzuelo, a los animales que comí y a las plantas que quité la vida.
Pido perdón a la luna, pido perdón a la luz, pido perdón a la vida.