sábado, 14 de febrero de 2009

Escapes

Se levantó de un salto, desafiando al día a intentar tumbarle.
El sol acechaba tras una nube, sacaba la cabeza y escondía los pies.
Hoy el día no parecía tener nada en su contra, así que simplemente se lavó la cara con el agua de un charco y prosiguió su camino.
El paisaje había mejorado mucho desde que empezó a caminar entre verde, y nada le agradaba más que pisar musgo con sus pies mientras aún estaba fresco del rocío.
Como el sol hacía ya un rato que no se escondía, el baño de luz le ayudó a despejar su mente quitándose el frío de la noche.
Escapar puede ser una forma como otra de encontrar un motivo por el que abrir los ojos.

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