Nunca le hizo falta, pero es una inigualable hipnotizadora.
Rodea con sus brazos a quien se acerca demasiado y acerca a sus fauces todo lo que, aún sin saberlo, vas a servirle de cena.
Espera en la oscuridad, pero la mayor luz no podrá iluminarle.
Trozos de alma nunca forman un espíritu. Ni bueno, ni malo, ni mediocre.
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