miércoles, 2 de junio de 2010

Plantillas para dormir

Me aterraba lo que podía encontrar al otro lado del pasillo y, aunque simulé paso firme, era evidente que me temblaban las piernas.

Había estado un buen rato frente a la máquina de vending, plateándome volver a casa y olvidarlo todo. Una nueva excusa y otra noche sin dormir, eso era lo peor si ahora me volvía.

Caminé hasta el final, abrí la puerta y los encontré sentados, exhaustos.

Ahora la respuesta era evidente, lo planteado certificado. Y el remedio para mi insomnio, más doloroso que ninguno que hubiera probado antes.

No hay que fiar a la luz ni un mísero rincón de oscuridad, hará que desaparezca sin piedad.

1 comentarios:

Javier Suárez Candel dijo...

no preguntes lo que no quieras saber,
no busques lo que no quieres encontrar,
pero está claro: la luz sólo puede vivir su ley, la oscuridad también.