viernes, 20 de marzo de 2009

Aparentemente

Huyó. Calculó la distancia, saltó y salió corriendo.
Temía las consecuencias, pero temía más el arrepentimiento de no haberlo intentado.
Siempre había sido muy soñador, y ahora sus sueños se desvanecían como el azúcar del café.
En su huida divisó el horizonte. Y se le antojó lejano, inalcanzable.
Una decisión es una decisión, aceptaría todo lo que el destino le deparara por haber hecho lo que hizo. Por eso se no se dejaría caer en la arena, en el suelo, en el olvido.
Corre desde que el tiempo es tiempo, cansancio del querer, perdición del alma.

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